Intento 1
Josesita trabaja en la sección acabados de una camisería. Corta los hilos que quedan de más en las prendas confeccionadas, las plancha y fInalmente las guarda en fundas verdes con el logotipo de la empresa. Ella también corta el bigote y los pelos de la naríz a Pepe Lucho. En aquellos momentos es cuando él está más relajado y es capaz de aceptar cualquier idea, por más descabellada que sea.
Más de una vez Josesita (lleva ese nombre por su abuelo Pepe y lleva su pareja porque tiene el mismo nombre que su abuelo) ha aprovechado esta semihipnósis para decirle a su marido cosas que bajo circnstancias normales serían impronunciables. Pepito, mijo, quiero que me hagas un hijo (ahora quería un hijo que se llame como ella – Joseso) y que después le críes, que ya no trabajes y que le críes. Josesa se quedó con la tijera en la mano mientras su esposo se deslizaba como anguila hasta meterse en el cajón de costura. Suspira y se jura que lo volverá a intentar en el siguiente corte de bigote y pelos de la naríz.
Se quita la ropa, abre el cajón de costura y se arrejunta a Pepe. Pepito, estás bravo mijo, dice quedita y él parpadea mirando en silencio el tumbado de cartón.
Intento 2
Mi tío limpiaba pisos en el Hospital Central. Un día en el que reemplazaba a un compañero enfermo encontró a una muchacha desconsolada en las gradas. Él le trajo un vaso con agua y un año después se casaron. En la fiesta de ese matrimonio mi padre conoció a una amiga de la prima de la novia que vivía en otra ciudad y que sólo estaba ahí de visita. Aquella noche me hicieron, en el cuarto de mi tío.
Mi padre trabajaba en en una imprenta del centro viejo y todos los días almorzaba en el mismo sitio, no por la comida, sí por la mesera. Mi padre estuvo enamorado de ella tres años, tres meses y tres días – él contaba los días que sus amores duraban, a veces hasta las horas –, de los cuales los últimos tres meses fueron novios. El tercer día del tercer mes del tercer año conoció a mi madre, la hermana de esa mesera. Según salió a la luz en una pelea familiar, a mí me hicieron un miércoles tres de marzo en un armario, un día en que mis padres pensaron que mi tía estaba trabajando.
Algún día le contaré al niño de dónde vienes y de dónde vengo y le contaré que en aquella tarde no tenía por qué haberme sentado en ese banco, en ese parque – nunca lo hacía, sentarme en un banco en un parque. Tú pasaste y pisaste esa caca de perro que había cerca de la banca. Yo reí, tú no, al inicio, y aquí estamos, en el cajón de costura.
Ella saca la mano del cajón, apaga la radio y le pide a Pepe que le ponga un niño.
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