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Impromptus

Lesedauer: 6 Minuten

 

Eres el hombre que amo. Este amor hacia ti es terreno: no es el hijo indeseado del capricho,

tampoco el substituto forzoso o inevitable a la soledad personal o la desidia.

Preciso, requiero, urjo, exijo, pido de ti. Y, no dependo de ti.

Me faltas, si no estás junto a mí —y, confieso, a veces me faltas muchísimo,

si estás ausente del espacio en cuyo interior sucedo enteramente

con mis ilusiones, fantasías, deseos, tristezas, angustias y demás.

Y, puedo vivir sin tu presencia o con tu ausencia, ¡y no lo dudes!

Soy una mujer libre, valoro la libertad, juzgo que el amor carnal

o/y espiritual no debe ser una subordinación (“sujeción a la orden, mando o dominio” de

alguien) total

y no violentaré mis principios (y no son dogmas), aunque te ame como te amo.

Soy tuya con gusto y te recibo con agrado. Ámame, disfruta de mí.

Quiero ser la mujer de quién tú precisas, requieres, urjes, exijes, pides. Y, no dependas de mí,

sí.

Aspiro con vehemencia a faltarte, si no estoy junto a ti —y a veces a faltarte muchísimo,

si estoy ausente del espacio en cuyo interior sucedes enteramente

con tus ilusiones, fantasías, deseos, tristezas, angustias y demás.

Eres la substancia esencial de mi gozo en este presente.

¿Soy la substancia esencial de tu gozo en este presente?

 

—————————-

 

dialogando_Avendaño2-Quetzal_Redaktion_gtPor qué vives tus ingenuidades sin avergonzarte o arrepentirte,

por qué apuestas a las esperanzas sin importarte las imposibilidades,

por qué no te desaniman las frustaciones, decepciones y demás,

por qué eres solidario y no te aprovechas de tus semejantes,

por qué gozas de tu presente, no te olvidas de tu pasado

y esperas el futuro vestido de colores dispares de la realidad,

por qué compartes conmigo tus intereses, gustos e ilusiones,

por qué no desconfías de mí ni me muestras caras contrarias, —

por qué contigo cuento con el amigo comprehensivo de siempre,

por que no dudas de apoyarme en cada uno de mis proyectos,

por qué tus besos son de islas de complaciencias y gustos

a las cuales mis besos arriban y asumen estados maravillosos

del amor antes de fusionarse integramente con los tuyos,

por qué me amas como si fuese la primera vez que me amas, —

por qué me amas como quiero que me ames y te amo y me amas.

Fui una mujer feliz y soy más feliz desde que eres mi amante.

Si tú dejases de amarme, ¿qué recordarás de nuestro amor en su conjunto?

 

—————————-

 

No soy la ola que se forma en la superficie amplia de un mar

y se desplaza con soberanía por los límites o términos de éste:

mi sencillez y mi modestia le impiden la existencia y el devenir.

Amo el mar y hay ocasiones en que mi soledad absoluta

alcanza las dimensiones únicas de un grande y dilatado mar.

Eres mi hombre y supongo el grande mar de mis gozos en ti.

Soy tu mujer y supongo el grande mar de tus gozos en mí.

No sé si me equivoco: ¡convénceme de que no me equivoco!,

es a saber: prueba de manera que racionalmente no se pueda negar de ningún modo

que soy el grande y dilatado mar de tus gozos en esta actulidad.

Jamás tengas miedo de mí: soy quién quiere lo mejor para ti.

No desconfíes de mí: soy sincera, y no te seré infiel ni me aprovecharé de ti.

No seré, sí, quién te absuelva de culpas y cargos y te soporte desmanes e infidelidades.

Ámemonos con ganas, y sin convencionalismos y puritanimos,

sin dualidades y desconfianzas y sin condiciones y egoismos.

Me entretengo imaginando lo grato que sería que estés conmigo cuando te ausentas por días.

¿Te entretienes imaginando lo grato que sería que esté contigo cuando te ausentas por días?

 

(a modo de nocturno)

 

Guarda aquella noche de amor en los bolsillos del recuerdo,

tráela a los espacios de la memoria cuando la nostalgia,

como cualquier ser avieso, de malas intenciones, te acuchille

en los tiempos depresivos de la soledad y des por sentado

que la extensión terrena que contiene las partículas y demás,

que suman tu masa corporal y tu naturaleza y/o substancia espiritual,

se sumen poco a poco, sin llegar a hundirse o meterse del todo

debajo de la tierra, y, talvez, enseguida más allá de la tierra,

debajo del agua (subterránea) poblada por entes belcebucianos

perversos, ganosos de tener complacencia y dicha del mal ajeno.

Aquella noche de amor vistió a gusto del cielo azul azul liberal y dadivoso, sin estrellas,

y no tuvo pudor de quiénes paseaban o iban de prisa por las calles (parisinas),

de quiénes ayuntaban o fornicaban con (muchísima) gana y/o (muchísimo) placer o deleite

al aire libre o en cualquier habitación (ya fuese de motel o de apartamento o casa o castillo),

—, y de quienes rezaban el rosario o leían el Corán con amor, veneración y fervor religioso.

Aquella noche nos besamos por vez primera y fuimos a un motel (parisino), donde gozamos de nuestros cuerpos.

¿Te acuerdas de aquella noche de amor vestida a gusto del cielo azul azul liberal y dadivoso, sin estrellas?

 

 

(a modo de elegía)

Cubre tu cuerpo blanco delgado en los días fríos del invierno:

te refrías casi siempre que éste abre sus fauces fenomenales

y salen sus vientos helados portentosos presurosos y desolados

desde el principio de su esófago largo y grueso, tremendo.

No quiero que seas una presa de las correrías de los animales

que desata el invierno en su devenir por estas tierras boreales.

Cuídate en el invierno. Tengo miedo de que alguno de éstos

se apodere de ti y no sea posible sacarte con vida de su interior

por más que se luche contra sus adversidades varias que origina.

Te quiero, y sé que me quieres: tus besos no son obras excesivas

de la perfidia, la mentira, o de los deseos de cópula carnal.

No, no, juzgo, que tus besos los impele el amor o el deseo

o el amor del deseo pasional o el amor de la pasión deseosa.

Cuídate para que vivas y te quiera y me quieras y nos queramos

en los tiempos venideros, aunque en estos devenga el invierno.

Cubre tu cuerpo blanco delgado en los días fríos del invierno.

¿Quieres que nos queramos en los tiempos venideros, aunque en estos devenga el invierno?

 

(2000)

 

———————————

 

* Poetisa de Nicaragua, miembro del taller “10 poetas del sesenta”

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