Nace en Cosquín, Córdoba, (Argentina) en 1940. Es artista visual y poeta. Egresa en 1972 de la Escuela de Artes de la Universidad Nacional de Córdoba. Es autora de una amplia obra poética: “Espejos de papel”, Buenos Aires, 1980, traducido al inglés por John Oliver Simon; “Malfario”, Buenos Aires, 1985; “Copia y transformaciones”, 1990; “Puente Aéreo”, Buenos Aires, 2001; “Salmos y azahares”, Córdoba, 2005. En autora y prologuista de la antología “Cantando en la casa del viento”, Chubut, 2001, y ha participado en varias antologías como: “Mujeres poetas de Córdoba 1960-1990, Córdoba, 1994; “Abrazo austral”,Buenos Aires, 2000; “Poetas Argentinas 1940-1969”, Buenos Aires, 2006; “Antología de la Poesía Patagónica, Málaga-España” 2006, etc. También ha publicado en numerosas revistas literarias de Canadá, Chile, Argentina, y participado en destacados encuentros. Como artista visual ha realizado exposiciones en todo el territorio argentino en muestras colectivas e individuales. Reside en Río Grande, Tierra del Fuego, desde 1981.
En casa de Victoria Ocampo
Desmiente la rosa
su rostro encarnado
cuando el sol inicia
su paso hacia el oeste.
La muerte calla
entre los pájaros
del empapelado.
Su espléndida mudez
atraviesa la mirada.
Túnez o Túmbez, algo
de sopor enmarañado
se abre en la boca.
Anís, hielo y agua
emulsión lechosa
cuando el líquido
la lengua toca
y la muerte asoma.
El paladar acuna
un firmamento estrellado.
El goteo de la sangre
color de la rosa
que la muerte calla
vibra entre los pájaros
de un empapelado
hundido en la memoria
por siempre constelado.
Desierto
¿Querés venir aquí
a esta piel, a esta herida
aquí mismo donde la sal
seca el placer y las manos
se mueven sin sentido?
Abrojo, ahora la vida
es un abrojo punzante
que traspasa escudo
llama, sol y laurel
Regreso
Muro gris, tapa áspera
de un ejercicio verbal
y espiralado que levanta
como serpiente cautiva
imágenes precisas,
preciosas
precarias
de la vida que ya no vuelve
Estado de gracia
Incautada en la operación
de cloro verbal bullendo
a la deriva, el horizonte
me mira y escucho callando
entro en mi
con lo que
me diste
Mesa y altar es lo mismo
se derrama la sangre diaria
y el cuerpo atraviesa el día
sin pensar. Acorazada leés
la perfecta bruma del atardecer
sus pequeños grumos de oro
descendiendo como una masa
de adioses inacabables escritos
contra /en/sobre/dentro/de mí
entra aquí
con lo que
te di
****
De derecha a izquierda
o de arriba abajo
como tablillas de arcilla
cuña que se estremece
lo que va fluyendo
sin cesar y cabe
en el cuenco de la mano.
La misma que mata
o implora. Pero estoy aquí
decidiendo de abajo arriba
mi escritura azul
llama de la noche encendida.
Así, llama de alcohol,
parpadeo fugar de la letra
de izquierda a derecha
inversa como una espada
que se guarda, o
adversa como una flecha
que se prepara.
Oficio
Extensiones plomizas de cielo
y de mar galvanizados
en un plano único
demorado en el abismo
En esa densa penumbra veo
un punto de luz roja
dibujando en el horizonte
un movimiento de vaivén
de perpetua oscilación
sobre el vacío
Es el resplandor del fuego
encendido en el fondo
En medio del viento y de la nada
crear día a día pareciera
ser idéntico a este oficio extremo
de cuidar más allá de sí mismo
la vida de la llama
Alguien en el correo
me decía: hay una carta
de Bellessi para vos.
Ví el sobre, era de papel
aéreo y de formato pequeño.
La aleta izquierda estaba despegada
y pude ver la supuesta carta
como un bulto
de papeles muy doblados
enrollados y colocados
hacia el lado abierto.
Pensé en la contradicción
entre el peso de la carta
y la levedad del sobre.
¿Porqué habías elegido
un sobre aéreo
que no soportó la carga
y abrió los bordes ?
Debían lacrarlo, me dijeron,
antes de entregármelo.
Pero yo robé la carta
y ansiosamente
saqué el envoltorio
de papeles. No era
papel, era género.
Muy doblado, blanco
y ribeteado por una
puntilla delicadísima.
No lo desplegué.
Vi, en el doblez
unos elementos redondos.
Sin comprender me dije:
no me escribió nada,
me envío semillas
sólo semillas.
Soñado en abril de 2005
Bildquelle: Quetzal-Redaktion, Noemi Esther Bernardello. Veröffentlichung mit freundlicher Genehmigung von Noemi Esther Bernardello.