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Entrevista con Walter Prudencio Magne Veliz
Embajador de Bolivia en Alemania

Sven Schaller | | Artikel drucken
Lesedauer: 7 Minuten

Boliviens Botschafter in Deutschland Walter P. Magne Veliz - Foto: Quetzal-Redaktion, rumi¿Sr. Embajador, de qué región en Bolivia viene Usted?

Del altiplano, de la ciudad de Oruro.

¿Cómo está la situación político-social en su ciudad natal actualmente?

Es en toda Bolivia la situación, existirá unas particularidades en las ciudades. Pero es todo Bolivia que vive el proceso de cambio.

¿Qué cambios son?

El cambio principal está expresado en la redacción de la Nueva Constitución Política. Desde luego, los sectores conservadores no quieren perder sus privilegios y la mayoría de la población quiere el cambio, estamos hablando de un 67 por ciento, porque, en la Nueva Constitución Política se establece: la propiedad del pueblo boliviano de los recursos naturales, la inclusión de las culturas indígenas, la opción por la paz, economía plural, la priorización del financiamiento de programas de educación, salud y medioambiente, la defensa de la ecología y prohibición de los transgénicos y muchos otros.

Hablando de los problemas a nivel nacional, ¿qué significado tendría la nueva Constitución para Bolivia?

En primer lugar, la inclusión de los pueblos indígenas con sus valores, saberes y tecnologías. Es lo más importante. Además, la constitucionalización del agua, de la alimentación como derechos humanos permitirá construir una sociedad justa.

Aquí en Europa se lee con frecuencia del conflicto entre las regiones en Bolivia. ¿Desde su punto de vista, cómo ve Ud. esta situación?

No es un conflicto entre regiones. Es el conflicto de una antigua oligarquía que trata de implicar a toda la región. Pero en esa región el MAS tiene gran presencia.

De entrar en vigencia la nueva Constitución, ¿cual sería el cambio para los pueblos indígenas?

Que ellos son los propietarios de sus recursos naturales que tienen. Si quisieran aprovechar las empresas transnacionales alguna riqueza de una región, no podrían volver a actuar como antes. Tienen que solicitar al gobierno y el gobierno tiene que ponerse de acuerdo con esa comunidad indígena y en su caso llamar a un referéndum para decidir el uso de sus recursos naturales.

Muchos pueblos indígenas de Latinoamérica tienen mucha simpatía y esperanza de lo que ha ocurrido en Bolivia con el Gobierno del Presidente Evo Morales. ¿Ud. podría dar algunos proyectos claves del Gobierno que cambiarían sosteniblemente la vida de los Bolivianos?

En realidad, la inclusión de los pueblos indígenas significa el reconocimiento a la historia de nuestro país. Hay que tener en cuenta que en Bolivia más de un 60 por ciento es indígena. Y todo este tiempo la política neoliberal ha estado tratando de negar que existe esta realidad multicultural en Bolivia. Estamos hablando de que el reconocimiento de los pueblos indígenas es un derecho, que lo único que estamos haciendo es que ahora éstos derechos sean constitucionalizados. Además, la lucha contra la corrupción permitirá una sociedad justa.

Hablando del futuro, ¿Cuál sería el nuevo proyecto después de la Constitución?

Implementar el nuevo contrato social. Este contrato social es la Nueva Constitución. Eso va a tardar en implementarse. No es que sale la aprobación de la Nueva Constitución y automáticamente cambie todo en nuestro país… No es así. Es un proceso. La gente tiene que apropiarse, los Bolivianos tienen que apropiarse de esa Constitución. No funciona de manera mecánica. Es un proceso social. Es un proceso cultural. Entonces, esto significa, que en la escuela, en las asociaciones de profesionales y en los sindicatos también se tiene que debatir lo que es la Constitución para Bolivia. Porque es la gente joven la que va a vivir esta Constitución. No va a vivirla quizás esta generación. Esta Constitución está hecha hacia el futuro.

Bolivia depende hasta ahora mucho de la exportación de la materia prima. ¿Cómo se planea desarrollar la economía?

Lo que está también en nuestra Constitución es que Bolivia tiene que industrializar sus materias primas. Y es decisión del Gobierno boliviano también que Bolivia sea un país ecológico. Nosotros esperamos cumplir en diez años este deseo, porque es un trabajo muy grande tener abono orgánico, tener las semillas orgánicas, obtener la certificación orgánica de alimentos. Nosotros queremos que exista una coherencia entre nuestra “cosmovisión” y la práctica. Y eso también es un proceso. Porque el proceso de alienación que ha hecho el neoliberalismo, el querer homogeneizar las culturas, el querer hacer perder la diversidad y convertir a todos solamente en mano de obra barata, es algo a lo que nosotros nos oponemos. Nosotros queremos que todos los trabajadores, todos los campesinos, todas las personas vivan dignamente. Y eso lo vamos a lograr a partir de políticas coherentes que respeten la naturaleza, pero también que nos permitan industrializar nuestros propios recursos.

¿Qué papel juega en este sentido la economía solidaria, digamos, la antigua solidaridad entre los comuneros, la economía comunitaria de la sierra, como Ud. lo ha vivido también?

Hay unos principios. La complementaridad, la reciprocidad, son elementos específicos de nuestra cultura. Y eso al margen de todas las normativas que han existido a través del tiempo. Por ejemplo, en términos de economía hay diferentes economías que vive Bolivia. Y esto tiene relación con las empresas. Nosotros aceptamos que hay empresas privadas, aceptamos que hay empresas estatales, aceptamos que hay cooperativas, aceptamos también que hay una dinámica comunitaria solidaria que responde a su propia lógica. Y nosotros vamos a apoyar lo que es la economía comunitaria, también la economía cooperativa, la estatal o la mixta que pueda surgir de interrelación de una empresa estatal y una empresa privada.

Refiriéndonos a un nivel político, ¿Ud. cree que Bolivia podría ser un motor para un nuevo concepto de democracia participativa?

Bolivia está buscando construir su propio futuro. Pero los cambios de cada país son específicos a su historia. No se puede copiar lo que está sucediendo en Bolivia. Se puede tomar como ejemplo, sí. Y ya lo toman otros países como ejemplo y están sacando, en muchos casos, mejores propuestas que nosotros, pero a partir de nuestra experiencia. Y eso es saludable. Nosotros también hemos aprendido de otras sociedades, de otros países. Y las hemos mejorado. Pero, retomando lo anteriormente dicho, cada sociedad tiene su propia historia y sus propias demandas sociales a las que debe responder. No se puede hacer un cambio o una copia mecánica de un modelo económico-social a otro país.

¿Cuál es su compromiso personal con Bolivia?

Hay un compromiso para que los pueblos indígenas tengan sus derechos y accedan, de una manera transparente, a usar esos derechos que tienen. Entonces en el horizonte de trabajo personal, es velar y apoyar para que la diversidad de Bolivia y los pueblos indígenas logren sus objetivos, que han sido planteados en esta Constitución Política.

¿Qué es lo que no le gusta en Bolivia? Ud. está conforme con todo lo que está sucediendo en su país?

Yo estoy comprometido con este proceso de cambio. En un proceso de cambio hay siempre ciertas renuncias. Entonces, no podemos hablar del gusto. Tenemos que hablar del compromiso con este proceso de cambio. Lo personal a veces se deja. Porque estamos hablando de nueve millones de personas que necesitan un horizonte y eso exige también renuncias personales.

Una pregunta que es personal: ¿Ud. está aquí en Alemania desde hace tres años. Ud. ya se acostumbró a la comida, al tiempo, a la cultura….?

Sí desde luego. Pero también me interesa el aprender de las otras culturas. Comparto todo lo que es la cultura gastronómica de este país. Cada día uno aprende sobre la comida ecológica y sus implicaciones con el medio ambiente. Por ejemplo, aquí se puede encontrar comida de la India, de la China, de Grecia, de muchos países. Eso enriquece al ser humano, al margen de mi. Tener la oportunidad de vivir en este país permite aprender culturas gastronómicas saludables.

Para terminar la entrevista, ¿Ud. tiene un deseo para el mundo, para Latinoamérica….?

El deseo es que vivamos dialogando. Tratemos siempre de entendernos porque nosotros queremos vivir bien y en armonía con la madre tierra y con nuestros vecinos. Eso es lo que queremos lograr.

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La entrevista se realizó el 01 de noviembre de 2008 en Mannheim. La versión en alemán puede encontrarse aquí.

Foto: Quetzal-Redaktion, rumi

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