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Elegía de Tarifa

Aníbal Ramírez | | Artikel drucken
Lesedauer: 10 Minuten

I

Vientos oceánicos pasan, parecen desatendidos,
rebeldes olas verdes se expanden en la costa vasta
y el frío necea, sus dientes se incertan en la piel.
El sol viejo haraganea en esta hora última de la tarde,
la tarde greñuda camina para el interior del pasado,
el ayer copula con el anteayer, el hoy excita al mañana,
el mañana coquetea al anteayer y el futuro sufre.
Desespero. Hay palabras que desnudo en el poema
y que visto en el poema. El poema es un intento.
Sumo y multiplico palabras y obtengo un verso,
no hay verso después de restar las palabras suyas.
El poema es un territorio compuesto de versos vacíos.
La calma es la engendradora gorda de la fantasía.
Camino para la costa vasta y penetro en mi silencio.
Los vientos oceánicos rugen, tiran de las olas rebeldes.
El frío es el hijo predilecto de los vientos oceánicos.
El sol entra en el horizonte, en otros sitios sale del horizonte.
El fin del ser tiene muerte por nombre, la muerte es olvido,
la muerte nace con la vida y el olvido sucede al recuerdo.
Yo sobreviré al siglo XX cuya historia escribe todavía.

II

La realidad tiene varios rostros, imágenes múltiples.
¡Ah!, hay tantas realidades posibles en una realidad.
¿Es simple la realidad de quien perdió la facultad de ver?
La realidad de un ciego no es simple, tampoco monótona,
recuérdese los escritos de los poetas Hornero y Borges.
¡Ah!, hay tantos arrebatos posibles en una realidad.
La realidad de un político tiene los colores de su partido,
la de un ladrón contiene las ferocidades de sus instintos,
la de un banquero oculta las ambiciones de sus propósitos,
la de un joven religioso enseña los valores de su creencia
y la de un amante muestra las necesidades de sus pasiones.
¡Ah!, hay tantas interpretaciones asquerosas de una realidad:
quien no tiene casa, ni empleo no es un desafortunado,
es un vago o un vividor o un alma sin aspiraciones;
quien explota no es un explotador, es un emprendedor;
quien intriga y manipula a sus semejantes para gozar
de poder político no es un oportunista, es un demócrata;
quien trafica con vidas no es un criminal, es un comerciante;
y quien se juntan sexualmente fuera de su país con niños
y niñas no es un degenerado violador, es un turista.

III

Yo moriré en el siglo XXI, el cual se burla del siglo XX.
Infancia y juventud mías avanzan en los túneles del pasado.
¡Qué lejos veo las imágenes de quien fui en aquellos ayeres!
En aquellas infancia y juventud mías temí de la muerte;
tuve miedo de morir a consecuencia de las tifoideas
cuyos malestares terribles me postraron por días en cama;
tuve miedo de morir a consecuencia de la hepatitis
cuyos virus traviesos tiñeron la piel de mi cuerpo de verde;
temí del guardia nacional cuyos ojos me vieron con odio,
temí del guardia nacional y él gozó de mi temor con agrado,
los ojos suyos vieron mi cuerpo temeroso con desprecio,
los ojos suyos revelaron que yo no satisfacía su deseo,
el guardia nacional escupió y me dejó con mi temor,
él continuó con la búsqueda de la víctima que necesitaba.
¿Es malévola o es misericordiosa la sonrisa de la muerte?
Hay sonrisas malévolas, hieren cual cuchillos filosos.
Hay sonrisas misericodiosas que son malévolas y hieren.
¿Temo o no temo de la muerte? No sé si temo de la muerte,
ya viví más de lo que viviré y ya no viviré lo que viví.
Yo moriré en el siglo XXI cuyos brazos abre en mi espera.

IV

Los vientos oceánicos arrecían, enfurecen las olas,
la costa vasta cede territorio a las olas enfurecidas
y aumenta el frío, crecen los dientes del frío necio.
El sol se perdió detrás de la línea última del horizonte,
la tarde greñuda entrega sus zapatos a la noche clara,
el futuro es un Dios falón cuyos poderes desconoce,
ayer y anteayer disfrutan de sus cópulas, el hoy es dual,
el hoy se mofó de ayer y anteayer, se mofa del mañana.
Persevero. Hay palabras que me molestan en el poema
y que justifico en el poema. El poema no es una intención.
Sumo y multiplico palabras y obtengo docenas de versos,
hay pocos versos después de restar palabras a los versos.
El poema es un territorio compuesto de versos separados.
La fantasía es la hija obediente y desobediente de la calma.
Deambulo por la costa vasta y voy por mis silencios
cuyos caminos abrió el ser que he sido hasta el presente,
cuyas ciudades edificaron seres de quienes aprendí algo,
en cuyos museos están seres que traigo a la memoria
y en cuyos cementerios descansan aquellos seres que amé.
El mar atlántico de Tarifa es una muchedumbre alterada.

V

No soy hereje, ni santurrón, no tengo vocación de santo,
no miento en vano, no niego los placeres del ayuntamiento,
no blasfemo contra ningún Dios, ni contra ninguna dea,
no tengo filiaciones religiosas, entonces ¿soy pagano?
No pertenezco a ninguna asociación o a ningún partido,
no he votado nunca por candidato alguno para presidente,
no profeso ideologías radicales, tampoco principios raros,
no tengo compromisos con nadie, entonces ¿soy anarquista?
Me molesta manifestar que soy ciudadano de aquel país,
me desasosiega repetir que no me nacionalizaré en otro país,
me da igual que no me crean o me neceen o se burlen de mí
porque no quiero tener una nacionalidad ¿soy excéntrico?
Me exasperan los formularios burocráticos del estado,
me fastidia informar sobre mi situación socioeconómica,
me causa ira que se olviden de que somos seres humanos
y de que debemos cuidar de la naturaleza, ¿soy necio?
Siempre insisto en que no soy un número más de oficina
o de una cama de hospital o de un carné de universidad.
Siempre recuerdo que soy común, distinto y perecedero
y que tengo derecho a exigir que no perturben mi soledad.

VI

La poesía llegó a mi casa, regia, vestida de gala,
fresca, rimando, pegajosa, dueña de mágicos dones,
puntos y comas y palabras musculosas y delgadas
que asombraron arrebatadoramente mi alma joven.
Como una ola se estiraba o se empequeñecía a su antojo.
Se rió de mi timidez con sus múltiples bocas graciosas.
Me mostró sus equipajes milenarios: bosques, hongos
y algas, animales feroces y tiernos, candidas lunas blancas
y amarillas, soles, geografías secretas, ardorosas ilusiones,
besos, sueños fantásticos, pasiones recias, sensaciones,
fiebres, sinfonías claras, curiosidades, justas visiones,
universos, carteles coloridos que propagandizaban el amor,
laberintos atrayentes, poetas, figuras, seres inigualables,
reyes y reinas queridos por sus subditos, dioses naturales,
nereidas bellas que cantaban melodías encantadoras,
mares azules y verdes con pececillos y ballenas y tesoros
en barcos y todo un sinnúmero de sorpresas y antigüedades.
No supe que decirle, sentí que estaba volviendo a nacer.
No le pregunté si podía quedarse, se instaló a su antojo
en las regiones de mi ser y se quedó in perpétuum.

VII

Los vientos oceánicos lamentan cual almas en pena,
la costa vasta se cubrió con el abrigo de la noche atlántica
y el frío necio se harta muy contento de inmensidades.
La luna redonda muestra orgullosa el blanco solar suyo,
y blancas estrellas pequeñas y muy pequeñas y diminutas
y otras estrellas imposibles de ser vistas desde la tierra
se acercan y se alejan al ritmo de las coplas del infinito,
el Dios falón se conforma con lamerse su bálano colosal,
ayer y anteayer celebran sus embarazos mutuos con cópulas,
el mañana aceptó al hoy por cónyuge y vive sus pasiones.
Me mantengo en mi quehacer poético como un mago
cuyas manos frotan su bola de cristal para obtener imágenes,
como una avispa que chupa el néctar de flores de colores.
Hay palabras que sé que sobran o desentonan en el poema
y que me agradan en el poema. El poema fue una intención.
Sumo y multiplico palabras y obtengo párrafos de versos,
hay pocos párrafos después de restar palabras a los versos.
El poema es un territorio compuesto de párrafos de versos.
Estoy en algún lugar de la costa vasta y gozo de mi silencio.
La muchedumbre alterada es un fenómeno natural increíble.

VIII

Entre las atracciones de la religión sobresalen los chismes.
¡Cuántos curas, amigotes de dictadores o jefes de sicarios!
¡Cuántos curas intrigantes o copuladores u homosexuales!
Ningún cura de esos sí, alcanza la fama de Rodrigo Borgia,
quien fue intrigante, perverso, envidioso, lunático, guerrero,
político, asesino, despiadado, avaro, copulador, etcétera.
¡Oh, tantos adjetivos para el ex ministro de Dios en la tierra!
¿Le remordió la conciencia que su hija fuera su querida?
¿Fue él tan infame como el Ángel Desterrado del Paraíso?
Su hija es una atractiva figura histórica sin par que me atrae.
Tuve sueños en los cuales Lucretia Borgia fue mi amante,
aquella mujer tierna y terrible que cele, aquélla que me celo;
en sueños fuimos aquéllos que fueron nube, aire y viento,
aquélla y aquél que fueron madera seca, fuego y humo,
aquéllos que fueron río oligotrófico, vapor y agua lluvia,
aquélla y aquél que fueron pecado, penitencia y necesidad.
Tendré sueños en los cuales Lucretia Borgia será mi amante,
en los cuales seremos mujer y hombre que se aman y celan;
en sueños seremos aquéllos que fueron ya en otros sueños,
aquélla y aquél que serán lo imaginable y lo inimaginable.

IX

La poesía es uno de los elementos esenciales de mi vida,
sin poesía sería una tierra árida cuya infertilidad desprecia.
La naturaleza es el centro de mis elementos esenciales,
amo sus apariencias múltiples y sus colores puros gratos,
amo sus grandezas y sus pequeneces y sus bellezas y feúras;
pido, exijo de mis semejantes que no depreden bosques
y que no sigan con el exterminio de los animales salvajes,
héroes puros cuyas hazañas no han sido honorificadas;
pido, exijo de mis semejantes que no contaminen lagos y ríos
y que no tiren residuos químicos y atómicos en los océanos;
pido, exijo de mis semejantes que no produzcan tanta basura
y que no despilfarren recursos naturales irrenovables.
Hijo de la tierra soy, polvo suyo seré en siglos venideros.
¿Y el Más allá? ¿El alma? ¿El Juicio Final? ¿Cuál Paraíso?
¿Solicitaré al Juzgador que me envíe en donde pena la mujer
la cual en sueños y fantasías fue mi amante tierna y terrible?
¿Querrá ser ella quien fue en sueños y fantasías, amante mía?
¿O seré el hombre de aquellas mujeres que detestaron de mí?
¿O seré gato feo? ¿O virus? ¿O roble? ¿O mazorca de maíz?
¡Qué cantidad de dudas antes de encontrarme con la muerte!

X

Todo final es un principio y todo principio es un final.
La tristeza fue alegría y la alegría será tristeza en un tiempo.
¿Fue la tristeza alegría y será la alegría tristeza en un tiempo?
Vengo de la costa vasta y regreso de mi silencio pleno.
Los vientos oceánicos desatendidos, las olas tempestuosas,
el sol haragán cuyo cuerpo enterró detrás del horizonte,
la tarde greñuda cuya ruta final fue el interior del pasado,
la costa vasta cubierta con el abrigo de la noche atlántica,
el frío necio cuya hartazón lo contento de inmensidades,
la luna redonda cuyo blanco solar mostró muy orgullosa,
y las estrellas blancas partícipes en el baile del infinito
guardaré en un archivo de los sótanos de mi silencio pleno,
tal vez terminen en el deposito de residuos de mi olvido
o tal vez se integren en algunas de mis visiones incompletas.
Veo mi silencio pleno a través de la salada brisa nocturna
que expele el vientre antiguo de la muchedumbre alterada,
de ahí surgió tardío, temeroso, conciente este mi poema,
de ahí surgió cual agua lluvia de los sexos de nubes gordas
o cual tantanes sonoros de campanas de iglesias católicas.
Mis poemas son palabras escritas en los silencios míos.

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