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El espacio poético del poeta

Génaro Sánchez | | Artikel drucken
Lesedauer: 8 Minuten

Cada poeta tiene un espacio poético el cual determina la calidad de su obra literaria. ¿Es un espacio arbitrario, caprichoso, ideal? ¿Tiene su base concreta en la realidad o fantasía? ¿Lo define el poeta o el conjunto de todas las cosas creadas y de circunstancias culturales, económicas, sociales, políticas e ideológicas en que deviene el poeta? ¿O lo fijan forzosa, exacta y precisamente el idioma materno, el lenguaje, la experiencia, la práctica, los géneros literarios ya sea poesía épica o lírica o dramática, etcétera? ¿Qué papel juegan los sentimientos, las pasiones y los arrebatos? En fin: ¿qué se entiende por espacio poético?

El espacio poético del poeta es el territorio cuyo área contiene todos los objetos, conceptos, representaciones, elementos naturales e innaturales, inclinaciones, sentimientos y componentes fantásticos que existen en el mundo, universo del poeta. O sea, tal espacio lo conforman el espacio poético interior y exterior.

El espacio poético interior del poeta es el conjunto cuya totalidad la integran imágenes, recuerdos, palabras, datos numéricos y analíticos, educación, experiencias, amores, odios, pasiones, arrebatos, frustaciones, fracasos, sufrimientos, éxitos, tiempos y demás. Es un espacio literario que determinan la sociedad, la naturaleza, el medio ambiente, la cultura, la formación intelectual, la percepción y la sensibilidad personal. En este espacio ejercen predominio la práctica y la destreza adquirida con el ejercicio del quehacer poético o juego y dominio de las palabras y los estilos literarios; conocimientos y hábitos o modos habituales de obrar y proceder establecido por la tradición o por la repetición de los mismos actos del oficio poético; y la habilidad —cada una de las actividades necesarias y suficientes para la creación poética que el poeta lleva a cabo con gracia, destreza, don y genio— y la inteligencia o la capacidad de entender o comprender y transformar el mundo real e irreal. A lo manifestado antes se agregan posibilidades o facultades de hacer del objeto o elemento de interés poético un poema por medio de la palabra, en verso o en prosa; poder y fuerza espiritual e intelectual para manifestar la belleza o el sentimiento estético; y capacidad generativa y fantástica para engendrar temas poéticos y desarrollarlos justa y determinadamente, con precisión. También se suman al predominio el fogueo poético cuyo fin es acostumbrar al poeta a molestias, incomodidades, fastidios, mortificaciones, disgustos y quehaceres de la actividad literaria; pareceres religiosos o filosóficos o políticos o ideológicos, principios y sistemas del poeta; y lo que de uno u otro modo lo aleccionó o dio ejemplo y le posibilitó experiencia poética. De igual manera forman parte del predomio la curiosidad mental y el pesquis o la agudeza y perspicacia; valoraciones de personas, cosas, sucesos y relaciones; y suficiencias lógicas para preguntar, interpretar, reducir, inducir, deducir, analizar, descomponer, comparar, sintetizar, desarrollar, exponer y expresar. Por último, en el espacio literario poético del poeta ejercen predominio fábulas, historias, anécdotas, chismes, ejemplos, bien oídos o vividos; propensiones, gustos, desengaños, escarmientos, afectos desordenados del ánimo, furores o enajenamientos debido a la fuerza impetuosa de las pasiones, tristezas, penalidades, ingratitudes, desilusiones, antipatías y aversiones, sentimientos amorosos y atracciones sexuales; palabras, vocabulario, arcaímos o neologismo o vulgarismos, términos, expresiones dichos y cuodlibetos.

El espacio poético exterior del poeta es el universo o mundo ideal y material en el cual vive el poeta; lo que es lo mismo, el espacio, la tierra, la totalidad de todos los objetos, colores, géneros y cuerpos existentes en la realidad o concebibles en los dominios de la fantasía, ideas, imágenes, conceptos, modelos, representaciones, hechos, tradiciones, doctrinas y demás. Lo anterior quiere decir que una o varias partes del mundo exterior pueden ser elementos integrantes de un poema o todo el mundo exterior puede ser poetizado, bien idealizado o embellecido con la magia de la poesía, o puede obtener un carácter poético por medio del quehacer poético del poeta. Así, por ejemplo, el poeta Equis puede escribir un poema sobre una mujer joven millonaria viva o muerta o una mujer joven pobre viva o muerta o poemas sobre unos mamíferos —aquí unos cuantos de ellos: pizote, mono carablanca, mono colorado, oso hormiguero gigante, perro de agua o ratón de agua, perezoso trigarfiado—; asimismo poemas sobre nubes, olas, estaciones del año, fantasmas, nostalgias. También puede ser que el poeta Equis escriba sólo un poema cuyos versos contenga cada uno de todos los nombrados con anterioridad. La mujer joven millonaria o pobre, viva o muerta, los mamíferos elegidos, las nubes, las olas, estaciones del año, los fantasmas y las nostalgias son dados en el mundo ideal y material del poeta Equis y por tanto forman parte de su espacio poético exterior. O, por ejemplo, las aves —algunas pocas de la totalidad: chachalaca, lora nuca amarilla, cotorra frente blanca, rey de los zopilotes, zenzontle, popone, pava loca, aguila solitaria, búho anteojudo— y los reptiles —entre otros: boa, gangantilla, barba amarilla, bocará, toboa oscura, toboíta, áspid, chatilla, tamagá, aligator, cocodrilo— son partes de la naturaleza viviente y por consiguiente pueden estar contenidas en el espacio poético exterior del poeta Equis, siempre y cuando existan en su mundo como quiera que sea, o de manera práctica o de manera teórica o fantástica. La condición de ocupar parte de este espacio coloca a las aves y los reptiles a disposición del poeta Equis en el tiempo del trabajo poético. Sin duda, el hecho de que estén a disposición no significa que el poeta las utilice, las integre en poemas o escriba poemas de cada uno o de uno o algunos de los animales citados.

Tanto el espacio poético interior como exterior del poeta están en una relación directa. El espacio poético interior tiene su base de suministros poéticos en el espacio poético exterior. En el espacio poético interior sucede la actividad creativa —la obra de crear o capacidad de creación—. Las aves rey de los zopilotes, búho anteojudo, cotorra frente blanca y popone y los reptiles barba amarilla y tamagá que integró el espacio poético exterior del poeta Equis y que aquél suministró al espacio poético interior, las transformará en este último. ¿Qué representaciones, figuras o imágenes o ideas, asumirán los animales en el espacio poético interior —serán representaciones o poco más o menos idénticas o muy diferentes de los animales—? Los factores de los cuales dependerán estas representaciones son numerosos, entre otros: imaginación, intelecto, lógica, potencia, razón natural, capacidad generativa, potencia visiva, grado mental de desarrollo gráfico, carácter, fantasía, genio literario, humor, estado de ánimo, experiencia y práctica y tiempo. La generación de representaciones se efectúa de manera consciente e inconsciente y necesitan poco o mucho tiempo en dependencia de la capacidad y habilidad mental. Las representaciones finales, figuras o imágenes o ideas creadas, en el espacio poético interior son de las que el poeta Equis puede disponer para su ocupación poética de una u otra manera. Las representaciones finales se transforman con el tiempo en virtud de la experiencia y la plenitud intelectual. Hay que anotar, por un lado, que representaciones finales de alta calidad creativa, agregadas a otras condiciones poéticas, pueden posibilitar facilitaciones tanto para desarrollar cuerpos poemáticos como para titular poemas; por otro, que un título inadecuado deteriora al poema y ocurre con regularidad que la determinación del título de un poema es un problema para unos poetas. Supóngase que el poeta Equis se decide a escribir poemas sobre las aves rey de los zopilotes, búho anteojudo, cotorra frente blanca y popone y los reptiles barba amarilla y tamagá y luego, ya sea o por adelantado o por último, los titula ”Soneto alejandrino al rey de los zopilotes que pereció en una pelea”, ”Oda mínima a un búho an-teojudo sin imitar en una pizca a Pablo Neruda”, ”Epigrama a una cotorra frente blanca a la manera de Marcial”, ”Cancioneta a un popone cantor enamorado”, ”Poema irónico a una barba amarilla terrible” y ”Canto épico a una tamagá de una reserva centroamericana de la biosfera”. Como es de esperar, en cualquier creación literaria, las obras no se producen de la nada, tienen figuras, imágenes o ideas de base —así como motivaciones e impulsos poéticos y más—. En general, un análisis somero de los títulos muestra que la conjugación pensada, prevista o fortuita de elementos diversos contenidos en el conjunto que define al espacio poético interior —representaciones, recuerdos de autores y lecturas, analogías, relaciones, etc.— posibilitó la creación literaria de los títulos poemáticos del poeta Equis.

Lo escrito sobre el espacio poético interior y exterior posibilita afirmar que el espacio poético del poeta es una bibioteca cuyo banco de datos elabora el poeta sin intermisión en el transcurso de vida para su uso en la actividad poética creadora.

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el presente es un resumen del artículo del poeta costarriqueño, miembro del taller de poesía Eunice Odio, San José, Costa Rica

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